En el capítulo se muestra el rol histórico de la escuela, la labor de los estados y el reacondicionamiento de estos frente a la incorporación de tecnologías en la formación de los sujetos.
El mundo actual podría definirse con una era de cambios constantes, todo debe actualizarse y renovarse para generar interés en los individuos. La escuela no queda ajena a ésta situación, por lo que se ve enfrentada a modificar los patrones que históricamente había cumplido, la de ser formadora de cuidadanos y "única"portadora del conocimiento.
Con la introducción de redes infomativas al alcance de todos y con la capacidad de expandirse más allá, incluso, de los límites regionales o nacionales. La escuela pierde ventaja, pues es considerada un espacio cerrado, excluyente y segregado que clasifica, selecciona y seculariza el conocimiento, es decir, entrega solo lo que se piensa es necesario para los sujetos, otorgando un mundo protegido y separado de quienes no pertenecen a dicho espacio. Lo anterior manejado desde las esferas del estado, para contribuir a la formación de cuidadanos modelos.
Todo esto frente a las miles de oportunidades que ofrecen las tecnologías, principalmente Internet, pues permite el acceso a la información de todos los temas que sean de interés, se encuentran disponibles en cualquier horario y lugar, no se requiere de la presencia física de otros para aprender, la sensación de autosuficiencia y la negación de las relaciones interpersonales provocan un clima de "la globalización desglobaliza" que no parece ser relevante, pero significa la desvaloración de quien ejerce la labor docente, tampoco exige disciplina o cumplir con otras reglas que sí se imponen en la escuela, que como institución cumple funciones de organizar y sistematizar a las masas, controlar a los individuos respecto de sus acciones.
Los estados necesitaban de la escuela para cumplir la función de formación de quienes serían los que trabajarían, producirían, gobernarían la patria, sin embrago el panorama económico mundial cambió y la fuerza monetaria pasó a manos de privados, con el sistema capitalista y los estados se desentendieron, pues ahora los sujetos no dependerian de ellos sino de sus empleadores. Bajo este panorama escuela y estado han perdido poder frente a los individuos.
El gran desafío, entonces, es complementar e incorporar escuela y tecnología ...¿Cómo hacerlo? ¿Quién es el responsable de hacerlo? ¿Cúando? ¿Con qué recursos? ¿Estado o docentes?
Muchas interrogantes son las que surgen, la solución a esto no esta en mis manos, sino en las de todos, es labor de la sociedad comprometerse con la educación y formación que se entrega hoy.
Personalmente el texto más que otorgarme información o certezas me ha llenado de preguntas acerca de cómo con mi trabajo de docente es posible superar la distancia con la tecnología e incorporarla al aula, más allá de tener una pizarra interactiva o salas de computación, data show, etc. Mi preocupación es como provocar en mis estudiantes la valoración de interactuar con otros en la formación del conocimiento, la relevancia de la retroalimentación pedagógica. Poder lograr que entiendan que saber cuando se descubrió América frente al computador no creará en ellos la significancia que se puede conseguir trabajando con un grupo de pares guiados por un docente. Un tema complicado y de larga reflexión...
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